Lo que comenzó como un problema en una nave, con consecuencias importantes para Boeing y la NASA, se ha transformado en un descubrimiento de alto impacto
Buenos Aires-(Nomyc)-Hace unas semanas, los dos astronautas “varados” en el espacio después de partir a la Estación Espacial Internacional el 5 de junio a bordo de la nave Starliner, recibieron una buena noticia: se había decidido adelantar su retorno, aunque para la empresa Boeing, el fiasco de la misión está lejos de terminar, ya que la compañía intenta vender por piezas su división espacial, mas allá de que parece que China ha sacado “petróleo” del principal problema de la Starliner.
El problema de Boeing como inspiración: en una rara “vuelta de tuerca” tecnológica, científicos chinos parecen haber transformado la grave crisis que afecta a la NASA y sobre todo a Boeing, en una revolución en la propulsión aeroespacial, ya que la cápsula Starliner de Boeing sufrió múltiples fugas de helio que incapacitaron sus sistemas de propulsión, lo que dejó a los dos astronautas atrapados en la Estación Espacial Internacional.
Aquel incidente convirtió al helio, un gas ultraligero que se usa de manera habitual para presurizar combustibles líquidos, en un símbolo de vulnerabilidad técnica, pero ahora, investigadores chinos vieron en esa misma debilidad, una oportunidad única para desarrollar una tecnología disruptiva, capaz de revolucionar tanto el ámbito militar como el espacial.
Propulsión sólida impulsada por helio: el equipo chino, liderado por Yang Zenan de la Universidad de Ingeniería de Harbin, informó en un reciente estudio publicado en la revista Acta Aeronautica et Astronautica Sinica, cómo la inyección controlada de helio “puede multiplicar considerablemente el rendimiento de los motores cohete de combustible sólido” ya que de manera específica, descubrieron que al introducir helio a través de poros microscópicos, de alrededor de 2 mm, en la cámara de combustión, es posible aumentar la eficiencia específica del motor en un 5.77 por ciento.
Además, al ajustar con precisión la proporción entre el helio y los gases de combustión, en una parte de helio por cada cuatro partes de gas combustible, los científicos lograron triplicar de manera instantánea el empuje del motor, llevándolo del 100 por cien hasta un 313 por ciento, según las necesidades operativas.
Ventaja: camuflaje térmico e invisibilidad: el uso del helio no se limita a mejoras en potencia o empuje, ya que una de sus ventajas más estratégicas radica en la reducción drástica de la temperatura de los gases de escape.
El helio, al ser extremadamente ligero , con una masa molar de solo 4 g/mol frente a los 29 g/mol de los gases típicos generados por combustión, expande y enfría el flujo de escape, bajando su temperatura en hasta 1.327 grados Celsius.
Esta reducción térmica implica una disminución radical en la señal infrarroja de los misiles propulsados por esta tecnología, haciéndolos casi imposibles de detectar mediante los sensores infrarrojos empleados por satélites militares modernos como los Starshield de SpaceX y sistemas interceptores como el SM-3 Block IIA.
También estabilidad y seguridad mejoradas: otra característica relevante del helio, destacada por los investigadores, es su naturaleza químicamente inerte, lo que evita problemas comunes asociados a la combustión inestable provocada por otros gases ligeros, especialmente el hidrógeno., lo que asegura, según explican, que el vuelo sea suave y predecible, lo que elimina muchos riesgos operativos que tradicionalmente dificultan la aplicación práctica de tecnologías alternativas más volátiles.
Además, al absorber el exceso de calor generado por la combustión, el helio no solo reduce la temperatura del escape, sino que también protege los materiales internos del motor, extendiendo su vida útil y disminuyendo riesgos operativos.
Aplicaciones militares y estratégicas: cuentan en el trabajo que desde una perspectiva estratégica y militar, la tecnología tiene implicaciones profundas, ya que la capacidad de modular rápidamente el empuje de un misil en vuelo permite trayectorias de ataque impredecibles, mejora de manera significativa su maniobrabilidad, lo que es muy relevante ante sistemas defensivos avanzados, ya que la combinación de menor detectabilidad infrarroja y capacidad de aceleración variable dificulta enormemente la interceptación, especialmente en el contexto de la defensa contra misiles hipersónicos.
Además, según los investigadores chinos, esta innovación podría resolver los desafíos actuales que enfrentan sus sistemas de armas en términos de velocidad, alcance y sigilo térmico, presentando un desafío real a las defensas antimisiles desarrolladas por Estados Unidos.
Aplicaciones civiles y potencial espacial: los beneficios de esta innovación tecnológica trascienden el ámbito militar, ya que según el equipo de investigación, esta técnica también podría revolucionar el ámbito civil y comercial, especialmente en el lanzamiento rápido y económico de satélites mediante cohetes de combustible sólido.
En referencia a esto último, la capacidad sería muy valiosa para despliegues urgentes en contextos comerciales, científicos o humanitarios, proporcionando una solución ágil, rentable y adaptable frente a los costosos sistemas de lanzamiento actuales.
Contexto actual y relevancia: mientras, en Estados Unidos la crisis inicial continúa, la NASA anunció hace poco que los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, afectados por la avería del Starliner, regresarán a la Tierra a mediados de marzo en una nave de SpaceX y en palabras del gerente del programa comercial de tripulación de la NASA, Steve Stich, el incidente ha demostrado una vez más que “el vuelo espacial humano está lleno de desafíos inesperados”.
De manera paradójica, ese mismo desafío que afectó a la NASA y Boeing sirve para que científicos chinos logren, sobre el papel, una innovación disruptiva que podría redefinir profundamente las reglas del juego tecnológico y estratégico en el futuro próximo.
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