La investigación mostró una correlación entre la alta contaminación con estas partículas diminutas y la disminución en la producción de esperma
Buenos Aires-(Nomyc)-El hallazgo podría estar relacionado con la disminución de la cuenta espermática en hombres de todo el mundo, según lo publicado en la revista Toxicological Sciences, aunque se requiere más investigación para establecer una conexión causal definitiva y los científicos examinaron 23 testículos humanos y 47 testículos de perros domésticos y encontraron microplásticos en cada muestra y mientras los testículos humanos provinieron de autopsias realizadas en 2016 a hombres de entre 16 y 88 años de edad, las pruebas en los perros, realizados por prácticas veterinarias que efectuaron operaciones de castración, revelaron que aquellas muestras con mayores niveles de PVC mostraban una cuenta espermática inferior.
“El PVC puede liberar una gran cantidad de químicos que interfieren con la espermatogénesis y contiene sustancias que causan disrupción endocrina”, explicó el profesor de la Universidad de Nuevo México, Xiaozhong Yu, coautor del estudio, en declaraciones al diario británico The Guardian.
“Al principio, dudaba de que los microplásticos pudieran penetrar el sistema reproductivo” continuó Yu y añadió “cuando recibí los resultados de los perros me sorprendí. Me sorprendí aún más al recibir los resultados de los humanos”.
La contaminación por microplásticos no es una novedad, ya que estas pequeñas partículas han sido recientemente descubiertas también en la sangre humana, placentas y leche materna, lo que indica una contaminación generalizada en el cuerpo humano.
El impacto de esta contaminación en la salud aún no se conoce completamente, aunque en laboratorios se ha demostrado que los microplásticos pueden dañar células humanas.
El estudio utilizó una técnica en la que disolvieron las muestras de tejido y luego analizaron los plásticos restantes y los niveles de concentración en los testículos humanos fueron casi tres veces superiores a los encontrados en los testículos caninos, con 330 microgramos por gramo frente a 123 microgramos por gramo, mientras que el polietileno, utilizado en bolsas y botellas de plástico, fue el microplástico más común hallado, seguido por el PVC.
El PVC en particular “es preocupante debido a su capacidad para liberar productos químicos que interfieren con la espermatogénesis y que causan disrupciones endocrinas”, explicó Yu.
Estudios anteriores ya habían implicado a la contaminación química como pesticidas en la disminución de las cuentas espermáticas en hombres durante décadas, aunque sin embargo, el hallazgo de microplásticos en los testículos humanos agrega una nueva dimensión a la preocupación por los factores ambientales que podrían estar afectando la fertilidad masculina.
Las investigaciones encontraron que los microplásticos pueden alojarse en los tejidos, por lo que generan inflamación, del mismo modo que las partículas de contaminación del aire y los médicos también advirtieron sobre los posibles efectos con potencial mortal, luego de encontrar un riesgo “más elevado de accidente cerebrovascular, ataque cardíaco y muerte prematura en personas cuyos vasos sanguíneos estaban contaminados con plásticos microscópicos”.
Además, una investigación más pequeña en China en 2023 también identificó “microplásticos en seis testículos humanos y en 30 muestras de semen” y estudios en ratones reportaron que los microplásticos “reducen la cuenta espermática y causan anormalidades y disrupciones hormonales”.
Yu manifestó su creciente preocupación sobre el impacto en las generaciones más jóvenes, “dado el aumento de los niveles de plástico en el medio ambiente y el impacto en la generación más joven podría ser más preocupante”.
A nivel global, la contaminación por plásticos alcanzó tasas alarmantes en los últimos años, con enormes cantidades de residuos plásticos, siendo desechadas en el medio ambiente, por lo que contaminan desde la cumbre del Monte Everest hasta las profundidades oceánicas, con lo que el hombre ingiere estas partículas diminutas a través de los alimentos, el agua y la respiración.
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