En el caso de que la detección será temprana el pronóstico mejora de manera importante
Buenos Aires-(Nomyc)-Cada segundo se diagnostican unos 35 nuevos casos de cáncer en el mundo, según proyecciones del Observatorio Global del Cáncer (GLOBOCAN), entidad dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), valores que excluyen a los de piel no melanoma, que suman más de un millón de diagnósticos cada año1 y según las mismas fuentes, en Argentina se detecta 1 caso nuevo cada 4 minutos, en promedio.
De un total proyectado en el año 2020 de 130.878 nuevos casos cada año, tomando ambos sexos, los cuatro tipos de cánceres con mayor incidencia en nuestro país son el de mama con 22.024; seguido del colorrectal, con 15.895; el de pulmón, con 12.110 y el de próstata, con 11.6862.
En el marco del Día Mundial del Cáncer, que se conmemoró ayer, los especialistas invitan a reflexionar sobre el impacto de esta enfermedad y los avances terapéuticos que se logran gracias, entre otros abordajes, a la medicina de precisión, lo que combina el estudio de la biología tumoral, con las características individuales de cada paciente, está transformando la manera de diagnosticar, tratar y monitorear el cáncer.
La identificación de biomarcadores es una herramienta esencial en la personalización del tratamiento del cáncer de pulmón. Los avances en la medicin de precisión permiten tratamientos dirigidos de acuerdo con las mutaciones genéticas individuales de cada paciente, haciendo los tratamientos más eficaces y menos invasivos5.
“Biomarcadores como mutaciones en el gen del EGFR o reordenamientos ALK y ROS-1 son fundamentales para determinar el curso del tratamiento” explica Claudio Martín, médico oncólogo, Presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC).
“Tratar al paciente con la mejor terapia dirigida disponible desde el principio, le permitirá a éste y al especialista controlar la enfermedad de mejor manera, aumentando la eficacia del tratamiento y la sobrevida”, agrega Martín.
La detección de estos biomarcadores puede realizarse mediante biopsias de tejido tumoral o biopsias líquidas, que analizan el ADN tumoral circulante en la sangre, técnicas que no solo permiten una detección más rápida y menos invasiva, sino que también ayudan a monitorear la respuesta al tratamiento y la progresión de la enfermedad.
“Hoy comprendemos que la individualidad tiene un impacto enorme en la salud, y que el futuro reside en la personalización de terapias, porque la medicina de precisión cambió el paradigma de la oncología. En la actualidad podemos identificar mutaciones específicas en el ADN del tumor y diseñar terapias dirigidas para contrarrestarlas, lo que aumenta significativamente la efectividad del tratamiento y mejora la calidad de vida de los pacientes”, señala Ariel Perelsztein, Director de Asuntos Médicos y Regulatorios en Johnson & Johnson Latinoamérica Sur.
“Las terapias blanco, o terapias dirigidas, son medicaciones diseñadas para atacar específicamente mecanismos involucrados en el desarrollo de células cancerosas, pero sin afectar las sanas, mejorando significativamente la eficacia y reduciendo los efectos adversos” explicó Diego Lucas Kaen, médico oncólogo clínico, Jefe de Servicio del Hospital Regional Enrique Vera Barros de La Rioja.
“Esta tecnología no solo facilita el diagnóstico temprano, sino también el monitoreo continuo del tratamiento sin necesidad de procedimientos invasivos, lo que representa una verdadera transformación en la experiencia del paciente”, agregó Kaen.
También contribuye al éxito de estas estrategias terapéuticas el desarrollo de laboratorios moleculares, que son instalaciones especializadas, con tecnología de avanzada, que analizan muestras biológicas para obtener perfiles moleculares y genéticos, permitiendo diagnósticos más precisos.
Según estimaciones de la industria farmacéutica, cada año son más las nuevas medicaciones oncológicas que se presentan ante las principales autoridades sanitarias del mundo para su evaluación y aprobación, lo que incluye tanto tratamientos dirigidos para tumores sólidos, como pulmón, próstata, vejiga, como para enfermedades oncohematológicas, tales como leucemias y mielomas, entre otras.
“Estamos viviendo una revolución en oncología. Sin embargo, todavía tenemos el desafío de lograr que todos los pacientes que necesiten estos tratamientos puedan recibirlos en tiempo y forma”, advirtió Martín, quien también es Jefe de Oncología Torácica del Instituto Alexander Fleming.
El acceso equitativo a la medicina de precisión sigue siendo un desafío global, por lo que es crucial que los gobiernos promuevan sistemas de salud resilientes y sostenibles, con una inversión decidida en investigación científica, capacitación médica y tecnología.
Los tratamientos personalizados benefician no solo a los pacientes, con terapias más eficaces y con menos efectos secundarios, sino que también aportan ventajas importantes para el sistema de salud, ya que al dirigir los tratamientos a las necesidades específicas de cada paciente, no solo se mejoran los resultados clínicos, sino que también se reducen los costos asociados a tratamientos ineficaces y hospitalizaciones prolongadas.
“Hablamos de avances científicos que permitieron transformar el curso de esta enfermedad. La medicina de precisión no solo representa un futuro esperanzador para millones de pacientes, sino también un recordatorio de que el conocimiento y la innovación deben estar al servicio de todos”, concluyó Perelsztein.
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