¿Cómo actuar ante un ACV?: 3 de cada 4 argentinos irían al centro más cercano y no al adecuado


Es uno de los principales resultados de una nueva encuesta que acaba de difundirse y se llevó adelante en 806 hombres y mujeres mayores de 16 años, en AMBA, Córdoba, Rosario, Mendoza y Tucumán


Categoría: MÉDICAS

Buenos Aires-(Nomyc)-Un nuevo relevamiento nacional reveló que, aunque la mayoría de los argentinos reconoce la gravedad del Accidente Cerebrovascular (ACV) y cree que puede prevenirse, aún persisten importantes vacíos de conocimiento sobre cómo actuar frente a sus síntomas, ya que 7 de cada 10 personas, manifiestan saber qué es un ACV, pero solo el 38 por ciento declara sentirse preparado para reaccionar de manera correcta  ante un caso cercano y cuatro de cada diez, desconocen que el tratamiento debe iniciarse lo antes posible dentro de las primeras 4 horas y media para evitar secuelas graves o la muerte.

El relevamiento, realizado por la consultora Voices durante septiembre de 2025 mediante una encuesta online a 806 hombres y mujeres mayores de 16 años, residentes en CABA, GBA, Córdoba, Rosario, Mendoza y Tucumán,  indagó percepciones, conocimientos y actitudes ante el ACV, una enfermedad que se ubica entre las primeras causas de discapacidad y muerte en adultos, pero que puede prevenirse y muchas veces tratarse eficazmente si se actúa a tiempo.

Ocho de cada 10 argentinos reconocen estar preocupados por su riesgo de sufrir un ACV, especialmente las mujeres, los mayores de 35 años y las personas de menores recursos, aunque sin embargo, cuando se consulta sobre cómo actuarían ante un episodio, 3 de cada 4 elegirían acudir al centro de salud más cercano, contra solo un 17 por ciento que priorizaría uno preparado de manera adecuada para el abordaje del ACV, aun cuando estos centros son los únicos con personal, equipamiento, medicación y protocolos para realizar las intervenciones necesarias, lo que a su vez, se explica porque el 55 por ciento de la población, cree que cualquier hospital puede atender un ACV.

“Un ACV es una emergencia médica tiempo-dependiente. Cada minuto sin tratamiento equivale a la pérdida de 2 millones de neuronas y por eso, el primer reflejo debe ser llamar al servicio de emergencias y, si por algún motivo no es lo más conveniente, dirigirse a un centro preparado para el manejo del ACV, que probablemente no sea el más cercano” advirtió Matías Alet, neurólogo, staff del FLENI y titular de la Unidad de ACV del Hospital Ramos Mejía.

“En ningún lugar del mundo es necesario que todos los centros de salud tengan el mismo nivel de complejidad para brindar todas las prestaciones. Lo que sí es clave es articular para que cada persona sea derivada en tiempo y forma al centro correcto para recibir la atención que requiere”, agrega el especialista.

 

Sobre este punto, Adolfo Savia, médico emergentólogo y terapista intensivo, Presidente del Consejo de Emergencias de la Sociedad Argentina de Medicina y Director Médico de la Clínica de Rehabilitación Otamendi, explicó que “en diferentes distritos del país tales como CABA, Córdoba, Mar del Plata, Mendoza, Neuquén, Salta y Tucumán, se viene trabajando en la articulación colaborativa de redes de ACV”.

 

“De esta manera, la comunidad pueda identificar pronto los signos de ACV y llamar al servicio de emergencias médicas, quienes confirmarán de manera rápida el diagnóstico, realizarán la estabilización inicial y definirán a qué centro de salud -adecuadamente preparado- deben trasladar al paciente que está sufriendo un ACV para que reciba el tratamiento específico en el menor tiempo posible” continúa Savia. 

 

“La comunicación eficaz que se realiza antes de la llegada al hospital permite que se active el protocolo con el tomógrafo disponible y equipo de ACV preparado para completar el diagnóstico y brindar los tratamientos necesarios para disminuir las secuelas y la mortalidad que provoca la enfermedad” agrega el Presidente del Consejo de Emergencias de la Sociedad Argentina de Medicina.

Necesidad de más información: aunque el 69 por ciento se considera informado sobre la enfermedad, solo un tercio conoce reglas o indicadores para identificar los síntomas rápidamente, como la regla “FAST”, por cara, brazo, habla y tiempo, por su sigla en inglés, que refiere a signos que aparecen de un momento a otro, como entumecimiento de parte del rostro, debilidad en uno de los brazos, confusión o trastornos del habla, y el hecho de que es tiempo-dependiente.

Entre los signos que permiten sospechar la presencia de un ACV más mencionados por la gente en el relevamiento figuran la confusión repentina, dolor de cabeza intenso, dificultad para hablar o entender, parálisis o debilidad muscular y aumento de la presión arterial. Sin embargo, aún un 5% de los encuestados no pudo identificar ninguno.

“La detección precoz y el abordaje inmediato son claves para evitar la muerte y el daño neurológico irreversible, en forma de secuelas en el habla, la vista, en la autonomía para desplazarse, en la deglución e inclusive en las acciones más básicas de la vida diaria” explica Savia. 

 

“El tratamiento más frecuente es con un fármaco fibrinolítico (una droga que disuelve un coágulo formado en una de las arterias del cerebro), que debe iniciarse dentro de las primeras 4 horas y media desde el inicio de los síntomas o desde la última vez que fue visto normal” continúa. 

 

“Incluso dentro de esa ‘ventana’ de tiempo, cuanto antes se administre el tratamiento, mejores son los resultados, con menores secuelas, por lo que actuar con velocidad desde el reconocimiento y el pedido de ayuda es clave y allí la comunidad tiene un rol fundamental” agrega el Presidente del Consejo de Emergencias de la Sociedad Argentina de Medicina. 

 

“Después de ese período, aún existen tratamientos, incluyendo en algunos casos procedimientos como la trombectomía mecánica (un cateterismo cerebral que permite remover coágulos grandes). Sin embargo, la complejidad y los recursos requeridos son mayores y las posibilidades de recuperación total disminuyen drásticamente con el paso del tiempo” concluyo el especialista. 

El estudio, también reveló que la mitad de los argentinos cree que las ambulancias tardan demasiado y un 38 por ciento, considera más rápido trasladarse por cuenta propia, lo que lleva a decisiones que de manera potencial, implican mayor riesgo o son negativas.

A pesar de la falta de información práctica, el 90 por ciento de los argentinos, cree que es posible recuperarse si el ACV se trata a tiempo, lo que muestra una esperanza fundada, aunque no siempre acompañada por conductas adecuadas: 6 de cada 10 encuestados no sabrían o no están seguros de cómo actuar si alguien a su alrededor presenta síntomas de ACV.

Prevención y percepción de riesgo: el 77 por ciento considera posible prevenir un ACV a través de: realización de chequeos médicos periódicos, en un 71 por ciento; el control del estrés, en un 70 por ciento; la actividad física, en un 64 por ciento; el descanso adecuado, en un 57 por ciento y una dieta equilibrada, en un 56 por ciento, aunque sin embargo, los más jóvenes y los sectores de menores ingresos siguen estando menos informados y preparados para actuar ante una emergencia.
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