Se considera muerte súbita e inesperada infantil a todo fallecimiento en niños de hasta 1 año de edad que en las 24 horas previas no se esperaba que ocurriera y cuya causa se desconoce
Buenos Aires-(Nomyc)-En Argentina, según el informe de estadísticas vitales del Ministerio de Salud de la Nación correspondiente al año 2023, se producen anualmente 149 fallecimientos domiciliarios en menores de 1 año de edad, de los cuales 73 corresponden a muertes súbitas e inesperadas del lactante, lo que equivale en promedio a un poco más de un fallecimiento semanal1 y se denomina Muerte Súbita e Inesperada del Lactante (MSIL), al fallecimiento de un niño de hasta 1 año de edad de entre 7 y 365 días de vida, que en las 24 horas previas no se esperaba que ocurriera y cuya causa se desconoce antes de la investigación médica y legal.
La información surge de un documento de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) titulado “Campaña de Sueño Seguro – Disminución del riesgo de muerte súbita e inesperada del lactante”, en el que afirman que son decesos que generalmente se producen en el domicilio durante el sueño del lactante, más frecuentemente en los menores de 6 meses y en hogares afectados por la pobreza y la mayor parte, se producen en los meses más fríos, y asociados con infecciones respiratorias agudas.
El documento, elaborado en conjunto por el “Grupo de Trabajo de Muerte Súbita y Trastornos del Sueño” y por el “Comité de Pediatría Ambulatoria”, de la Sociedad Argentina de Pediatría, en el marco de la Campaña Nacional de Sueño Seguro, que se lleva a cabo del 13 al 18 de octubre organizada por la SAP, que tiene por objetivo informar sobre estos eventos y acercar una serie de recomendaciones para disminuir el riesgo de su ocurrencia.
“Son situaciones que se producen -no en forma exclusiva, pero sí mayoritariamente- en poblaciones con necesidades básicas insatisfechas, donde se vive en condiciones de hacinamiento, con más de 3 personas por habitación, con espacios interiores sin la adecuada ventilación y con niños vulnerables sometidos a prácticas de sueño inseguro”, expresó Estela Grad, pediatra, especialista en Desarrollo Infantil Temprano, Secretaria del Grupo de Trabajo de Trastornos del Sueño y Muerte Súbita e Inesperada del Lactante de la SAP.
Un estudio de Mortalidad Infantil Domiciliaria (MID) realizado por la Dirección de Salud Perinatal y Niñez del Ministerio de Salud de la Nación destaca entre sus conclusiones la presencia de un elevado porcentaje de Colecho 69,2 por ciento, de defunciones pertenecientes al grupo etario de 0 a 5 meses, es decir un 82,7 por ciento; de consumo de tabaco en al menos un conviviente, un 27,4 por ciento y en situación de hacinamiento, con un 70,8 por ciento, más de 3 personas durmiendo en un mismo cuarto.
Con respecto al total de fallecimientos infantiles anuales domiciliarios con 149 en 2023, constituye el 11,1 por ciento del total de las muertes por todas las causas entre 1 mes y 12 meses de edad1 en nuestro país y se presentan con mayor prevalencia en las regiones del Noroeste y Noreste.
Las causas pueden ser explicadas o no, para lo cual se evalúan, entre otras situaciones, la investigación de las circunstancias y del escenario de la muerte, y la revisión de la historia clínica del infante.
“Las recomendaciones comienzan puntualmente ya desde el embarazo: desde tomar medidas en los controles para evitar los nacimientos prematuros y el bajo peso al nacer -ambos factores de riesgo de muerte súbita- hasta el cumplimiento de la vacunación en el octavo mes, sobre todo de la vacuna contra el Virus Sincicial Respiratorio (VSR), que protege de la bronquiolitis a los bebés durante los primeros 6 meses de vida”, indicó María Catalina De Santo, médica pediatra, miembro del Comité Nacional de Pediatría Ambulatoria de la SAP.
“También durante el embarazo y después del nacimiento, evitar el consumo de tabaco, de alcohol y de sustancias psicoactivas como opiáceos, cocaína o anfetaminas, entre otras que son conductas que alteran el desarrollo del mecanismo defensivo natural del despertar del lactante ante cualquier circunstancia en que llegue menos oxígeno al organismo”, completó Norma Rossato, neonatóloga, miembro del Grupo de Trabajo de Trastornos del Sueño y Muerte Súbita e Inesperada del Lactante de la SAP.
En relación al Colecho, el lugar más seguro donde puede dormir un bebé es en su cuna, al lado de la cama de los padres, ya que cuando los padres optan por compartir la cama con sus bebés o cuando se duermen de manera involuntaria con ellos, desde la SAP aconsejan que las familias conversen con sus pediatras y expresen sus creencias, valores culturales y posibilidades, para que el profesional de la salud pueda hacer las recomendaciones adecuadas para reducir los riesgos de muerte súbita durante el Colecho.
El documento describe una serie de recomendaciones para que el bebé pueda dormir más seguro:
“También desaconsejamos el colecho si la madre fumó durante el embarazo, cuando la superficie de la cama no es firme sino blanda, si uno o ambos padres tienen obesidad, si hay almohadas o si el colchón tiende a hundirse”, agregó Grad.
“En la misma línea, también evitar el colecho con otros niños y con mascotas, dada la posibilidad de asfixia por aplastamiento”, insistió la especialista.
“Como pediatras tenemos la responsabilidad de generar un espacio de confianza con los padres de nuestros pacientes para abordar las dificultades que puedan surgir al seguir las recomendaciones médicas para un dormir más seguro, es importante que sea un diálogo empático y abierto donde los padres se sientan cómodos compartiendo sus inquietudes”, expresó Natalia Krejcik médica pediatra, miembro del Comité Nacional de Pediatría Ambulatoria de la SAP.
Por último, el documento hace un llamado a “comprometer a todos los profesionales de la salud, a los medios de comunicación, a las redes sociales, a fabricantes y vendedores de objetos para lactantes, para que las recomendaciones sobre sueño seguro se conviertan en una norma social”.
Los cuidados adecuados durante los primeros 1000 días, que comprenden desde la concepción hasta los dos años, son claves para reducción del riesgo de muerte súbita e inesperada del lactante, situación que acontece en dicho periodo y las recomendaciones comienzan desde el embarazo y continúan con los cuidados durante el primer año.
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