El titular del poder ejecutivo nacional emitió un discurso en el que informó aumentos presupuestarios en Educación, Ciencia y Salud aunque expertos dudan de su aplicación real
Buenos Aires-(Nomyc)-El gobierno de nacional presentó el Presupuesto 2026 con un texto oficial que no siempre coincide con lo anunciado por el propio Presidente, ya que mientras el líder de la Libertad Avanza ratificó que el equilibrio fiscal es “la piedra angular” de su plan de gobierno y prometió que “lo peor ya pasó”, los números enviados al Congreso muestran diferencias en el relato y plantean horizonte económico frágil, con supuestos difíciles alcanzables y recortes sensibles en áreas estratégicas, aunque en su mensaje el primer mandatario sostuvo que “el 85% del presupuesto está destinado a educación, salud y jubilaciones”, y celebró que el gasto social “sube por encima de la inflación”.
Sin embargo, el proyecto elimina programas centrales como el 6 por ciento del PBI destinado a educación, la inversión en ciencia hasta llegar al 1 por ciento del PBI, el Fondo Nacional para Escuelas Técnicas y el FONDEF para defensa nacional, es decir, el propio diseño de las cuentas públicas contradice el discurso presidencial sobre la supuesta prioridad en “capital humano”.
Proyecciones más que “optimistas” y ajuste silencioso: pese al discurso sobre “el capital humano”, el proyecto elimina el 6 por ciento del PBI destinado a Educación, la inversión progresiva en Ciencia y Tecnología, que debía llegar al 1 por ciento del PBI; el Fondo Nacional para Escuelas Técnicas y el FONDEF para reequipamiento militar, mientras que la previsión social se lleva 6,5 por ciento del PBI, la asistencia social 2,3 por ciento, los subsidios apenas 0,7 por ciento y las universidades el 0,5 por ciento, una cifra que las rectorares ya anticipan como insuficiente.
Según el Presidente, con esta hoja de ruta la Argentina podría crecer al 5% anual durante décadas y, con reformas, alcanzar niveles de países desarrollados en 20 o 30 años, aunque los números del propio Presupuesto contradicen ese discurso recortes que golpean a la educación y la ciencia, pilares de cualquier desarrollo sostenible, junto a supuestos macroeconómicos de dudosa concreción, según distintos analistas económicos.
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