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No todas las células del cerebro envejecen a la par: hay un "punto caliente" del envejecimiento


Este “punto caliente” estaría ubicado en el hipotálamo


Categoría: INVESTIGACIONES

Buenos Aires-(Nomyc)-No todas las personas envejecen al mismo ritmo, por lo que hay quienes distinguen nuestra edad cronológica, el tiempo transcurrido desde nuestro nacimiento y la edad a la que nos referimos convencionalmente; de la edad biológica y esta edad “biológica” hace referencia por su parte al grado real de envejecimiento de nuestro cuerpo, aunque  sin embargo esta edad biológica no es tampoco una medida uniforme: distintas partes de nuestro cuerpo pueden también envejecer a distinto ritmo.

 

El “punto caliente” del envejecimiento: ahora, un nuevo estudio fue más allá y e indica que, incluso, las neuronas de nuestro cerebro pueden envejecer a distintas velocidades, ya que el equipo responsable del estudio identificó una región de nuestro cerebro donde este deterioro se producía a mayor ritmo, un “punto caliente” del envejecimiento cognitivo.

 

El equipo observó que algunos tipos de células cerebrales experimentaban más cambios que otras con el paso del tiempo y este punto caliente, ubicado en el hipotálamo es una región en las estas células más “cambiantes” son más presentes.

 

“Nuestra hipótesis es que esos tipos de célula se están volviendo menos eficientes al integrar señales procedentes de nuestro ambiente o de cosas que estamos consumiendo, y que esa pérdida de la eficacia contribuye de alguna forma a lo que conocemos como envejecimiento en el resto de nuestro cuerpo” indicaba en una nota de prensa Kelly Jin, coautora del estudio, quien agrega  “creo que es bastante fascinante, y creo que es destacable que seamos capaces de encontrar esos cambios tan específicos a través de los métodos que utilizamos”. 

 

Células sensibles: entre las células catalogadas como más “sensibles” al envejecimiento, el equipo destaca las células “gliales”, cuya función principal de este tipo de células es de soporte y según observó el equipo, son las células que “sufren mayores cambios en su expresión genética conforme envejecemos”.

 

El equipo estudió, también, la actividad de los genes y observó que, en los cerebros envejecidos, los genes asociados a la inflamación tendían a incrementar su actividad, mientras que los genes asociados a la estructura y función de las neuronas perdían esta actividad.

 

Un millón 200 mil células: para su estudio, el equipo recurrió a herramientas de análisis genético con las que se adentraron en células individuales de los cerebros de ratones jóvenes y de “mediana edad” de dos y 18 meses de edad de manera respectiva y el equipo analizó la actividad genética en distintas células ubicadas en 16 áreas del cerebro, a partir de las cuales sería posible extrapolar información sobre el 35 por ciento del volumen cerebral del ratón.

 

Los detalles del estudio fueron publicados en un artículo en la revista Nature y el proyecto es parte de una iniciativa más amplia denominada Initiative Brain Research Through Advancing Innovative Neurotechnologies-Cell Census Network (BRAIN-BICCN), cuyo objetivo es el estudio de 1,2 millones de células del cerebro de los ratones, aproximadamente el 1 por ciento del total de células que componen el órgano de estos roedores.

 

Mantener la lucidez: nuestro cerebro, como el resto de nuestro cuerpo, no es inmune al paso de los años y en sociedades cada vez más envejecidas, el deterioro cognitivo asociado a la edad es un importante foco de interés para los neurólogos, por lo que  comprender cómo envejecen las células de nuestro cerebro, puede aportarnos mucha información en nuestros intentos por frenar este deterioro.

 

Dieta: el estudio presenta, también, indicios de cómo la dieta puede resultar un factor determinante en frenar este deterioro y según explicaba el equipo, el “punto caliente” hallado se producía por una combinación de una caída en la función neuronal y un incremento de la inflamación en células ubicadas en el hipotálamo y los cambios más drásticos, se presentaban en células ubicadas cerca del tercer ventrículo de esta región cerebral.

 

Estas células, indica el equipo responsable del estudio, están vinculadas con el consumo de alimento, homeostasis de la energía, metabolismo y con la forma en la que nuestro cuerpo hace uso de los nutrientes, por lo que puede intuirse una relación entre dieta, envejecimiento cerebral y otros factores.

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