Los especialistas estiman llegarán 2600 ejemplares cerca del golfo San Jorge entre enero y junio
Buenos Aires-(Nomyc)-Una especie que creían extinta hace casi de 100 años en la Patagonia argentina, cuando científicos de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y el Centro Nacional Patagonia recorrían la zona y lo que encontraron fue una Ballena Sei, la tercera especie más grande de su familia, a la que muchas veces se la confunde con la reconocida Ballena Franca, aunque esta especie se caracteriza por ser más estilizada y rápida que otras.
Sobre la especie: este ejemplar, conocido por su nombre científico “Balaenoptera borealis”, fue visto por última vez en 1929 y suele medir hasta 18 metros de largo y tener un peso estimado de 22 toneladas, tiene una esperanza de vida de hasta 70 años, se alimenta de krill, es considerada una de las ballenas más rápidas y aunque a simple vista es difícil distinguirlos, las hembras suelen ser más grandes que los machos.
Su aparición: los científicos analizaron por décadas el movimiento de estos cetáceos y se cree que, hace 20 años, los investigadores detectaron rastros de esta especie, por lo que en 2019, se inició un trabajo para relevar las ballenas del Golfo San José.
“Primero corroboramos que se tratara de esta especie mediante análisis genéticos, pero también era importante tener estimaciones de abundancia, así que hicimos un convenio con la Fuerza Aérea para que nos den asistencia técnica para hacer vuelos”, señaló el investigador Coscarella del Centro del Estudio de Sistemas Matinos.
Su “desaparición”: en gran medida se debió a la caza intensiva, por lo que se lo catalogó “en peligro de extinción” y se estima que la reducción de los ejemplares fue del 80 por ciento, ya que los marineros la cazaban con el fin de obtener la grasa y utilizarla para fabricar cera.
En la actualidad, en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la Ballena Sei es considerad una Especie en Peligro de Extinción, pero cuenta con una población creciente, sobre lo que los profesionales calculan llegarán 2600 ejemplares al golfo San Jorge entre enero y junio.
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