Lo hicieron un equipo del CONICET de Misiones junto a una empresa privada
Buenos Aires-(Nomyc)-El desarrollo de bolsas biodegradables a partir de almidón de Mandioca, se realiza gracias a un convenio entre el CONCIET y la empresa misionera Plastimi SRL, dedicada a la fabricación de envases plásticos que tiene varios antecedentes de trabajo con grupos científicos de la provincia mesopotámica, en base a un proyecto, liderado por las investigadoras del CONICET Cristina Area y Pamela Cuenca, se lleva adelante en el Instituto de Materiales de Misiones (IMAM, CONICET-UNAM) y cuenta con la participación del Grupo de Preservación y Envases (GPE) y el Programa de Celulosa y Papel (PROCYP) y a través de este proyecto, se desarrollan bioplásticos para distribuir en todo el país a partir de una materia prima regional, lo que reduce los costos de importación y el impacto ambiental.
Este desarrollo es crucial, ya que en la actualidad no se fabrica ningún material de este tipo en el país y para abastecer la demanda de productos biodegradables, la empresa importa desde Europa una resina obtenida a partir de Almidón de Maíz.
El vínculo entre el IMAM y la empresa Plastimi SRL, se inició hace una década, y el interés de la firma en desarrollar bioplásticos de manera regional, fue clave para definir el proyecto actual.
“Ellos se acercaron a nosotros y empezamos a trabajar en proyectos de investigación conjuntos”, relata Cuenca, quien había comenzado su trabajo investigando recubrimientos basados en almidón de mandioca para la preservación de quesos durante su tesis doctoral y luego, en su postdoctorado, enfocó su trabajo en la obtención de materiales biobasados y biodegradables para envases a través de la técnica de extrusión.
Un avance tecnológico con sello regional:el objetivo del convenio es desarrollar una tecnología eficiente y una formulación novedosa para producir los pellets, es decir pequeñas perlas o granulado que sirve de materia prima para la industria, materiales que están destinados a generar productos flexibles, como bolsas y películas.
El proyecto hace un original aporte al enfoque de economía circular al emplear aditivos obtenidos de residuos de la industria lignocelulósica, como micro y nanocelulosa y derivados de colofonia, una resina que se obtiene del pino y el objetivo, es mejorar las propiedades de los materiales y, a su vez, contribuir a mitigar el impacto ambiental de la propia forestoindustria.
La Mandioca fue elegida como materia prima por su relevancia para la economía regional de Misiones y según Cuenca “buscamos generar un desarrollo regional que le dé valor agregado a la materia prima de nuestra propia provincia”.
Los materiales comerciales de este tipo suelen fabricarse a partir de almidón de papa o maíz en otros países, siendo este último el más popular y este proyecto, no solo busca generar un material novedoso, sino también una tecnología transferible.
El vínculo con la industria: uno de los antecedentes que permitió el convenio que se firmó este año fue el Proyecto de Investigación Científica y Tecnológica Aplicados (PICTA) que fue presentado en el año 2021, que permitió la adquisición de los equipamientos para realizar las primeras pruebas para el desarrollo de estos nuevos materiales, y en el que la empresa fue adoptante y gracias a este financiamiento, se adquirió una extrusora pelletizadora piloto específica para procesar bioplásticos.
Sobre el proyecto: en la actualidad, el equipo se encuentra instalado en comodato en la planta de la empresa, ubicada en el Parque Industrial de Posadas, para su uso exclusivo en el desarrollo tecnológico y posterior devolución, lo que permite al equipo de investigación saltarse el paso del escalado de laboratorio, ya que la maquinaria es de planta piloto/ industrial, con capacidad de producción de cinco a treinta y cinco kilos por hora.
“Desde nuestra empresa, destacamos el valioso aporte del CONICET y la Universidad Nacional de Misiones en este desarrollo y este trabajo, constituye un ejemplo relevante de innovación científica aplicada a la construcción de un futuro sostenible” explicó Nicolás Guelman, propietario de la empresa Plastimi SRL.
“La articulación público-privada es un mecanismo esencial para transformar conocimiento en soluciones concretas, así como la formación de profesionales misioneros con estándares tecnológicos de nivel internacional”, concluyó Guelman.
El desarrollo del material y de la tecnología de elaboración será clave para transferir a la empresa, propiciando el agregado de valor en origen de materias primas locales y reduciendo el impacto ambiental generado por los plásticos derivados del petróleo.
Además de envases, el equipo también trabaja en la obtención de materiales para agroinsumos, como las cubiertas vegetales, Mulching Films, a partir de polímeros biodegradables que se utilizan en cultivos de la provincia, como tomates y Cannabis Sativa medicinal, un producto que tampoco se fabrica a nivel nacional.
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